top of page

El trauma psicosocial en mujeres víctimas de violencia en sus relaciones de pareja

Texto: Psicóloga Araceli Martínez Ortiz


La violencia en las relaciones de pareja es un problema social que a menudo se oculta tras puertas cerradas, dejando cicatrices invisibles en el tejido emocional de quienes la padecen. En este artículo, exploraremos el trauma psicosocial experimentado por mujeres que han sido víctimas de violencia en sus relaciones íntimas, desglosando sus múltiples facetas y destacando la necesidad de enfoques interdisciplinarios para abordar este grave problema.


Comprender la Violencia en las Relaciones de Pareja

El Círculo de la Violencia y sus fases

La violencia en las relaciones de pareja va más allá de los golpes físicos. La Organización Mundial de la Salud define esta violencia como cualquier comportamiento de la pareja que cause daño físico, sexual o psicológico. Esto incluye la agresión física, la coacción sexual, el maltrato psicológico y el control. La violencia psicológica, en particular, puede ser devastadora al socavar la autoestima de las mujeres y hacerlas sentir que no son dignas de amor o respeto.


Es importante reconocer que la violencia en las relaciones de pareja no discrimina por género, aunque en la mayoría de los casos, los perpetradores son hombres. Desmitificar estereotipos arraigados es crucial para comprender las motivaciones y las dinámicas que perpetúan esta violencia.


Las aportaciones de Leonore E. Walker con relación al círculo de la violencia y el síndrome de la mujer maltratada, siguen siendo un reto para generar estrategias o recursos que lleven a las mujeres no únicamente a nombrarlas sino a reconocerlas y darse cuenta de la encrucijada que representa el mantenerse en ellas. Por lo cual es importante recordar en qué consisten y cómo se manifiestan:


Fase 1: Acumulación de la Tensión

La primera fase del círculo de la violencia se caracteriza por una escalada gradual de la fricción y los conflictos en la pareja. En esta etapa, el agresor expresa hostilidad, mientras que la víctima tiende a complacer al agresor. Las palabras y acciones degradantes por parte del agresor pueden hacer que la víctima sienta que es culpable de la situación y que merece el trato abusivo. Esto socava la autoestima y la confianza de la víctima, otorgando al agresor un mayor control sobre ella.


Fase 2: El Estallido de Violencia

En esta fase, la violencia puede manifestarse de diversas maneras, ya sea física, emocional o mediante el control sexual. La víctima puede llegar a tener pruebas de la violencia, pero a menudo no denuncia debido a sentimientos de vergüenza, negación o incredulidad. El control ejercido por el agresor hace que la víctima se sienta atrapada y con miedo de las consecuencias si busca ayuda. Durante esta etapa, el apoyo de redes sociales o la asesoría institucional pueden marcar la diferencia.


Fase 3: La Reconciliación o Luna de Miel

En la fase de reconciliación, el agresor muestra arrepentimiento y puede ofrecer disculpas, promesas o regalos con la intención de manipular a la pareja para que regrese o retire la denuncia. Esta etapa representa un obstáculo significativo para la atención de las víctimas, ya que el agresor suele conocer a la víctima a fondo y sabe cómo actuar para convencerla de darle otra oportunidad.


La Violencia Psicológica en las Relaciones de Pareja

La violencia en las relaciones de pareja no se limita a la violencia física; también puede manifestarse de manera psicológica. Algunas definiciones clave de la violencia psicológica incluyen:


Ana Martos Rubio (2002): La violencia psicológica es un conjunto heterogéneo de comportamientos que pueden ser intencionados o no, donde el agresor causa daño psicológico a la víctima.


Dunia Ferrer (2010): La violencia psicológica se manifiesta a través de manifestaciones conductuales para mantener el poder mediante la producción de daño psicológico en otros.


Fuentes, Vasallo y otros (2005): La violencia psicológica incluye control, desvalorización, sufrimiento, culpabilización sin motivo real, limitaciones, restricciones, omisión e indiferencia, así como expresiones verbales ofensivas.

La violencia psicológica puede manifestarse de manera activa, con un trato degradante continuo que ataca la dignidad de la víctima, o de manera pasiva, mediante la falta de atención o el abandono emocional.


El Perfil de las víctimas y los agresores. Factores de Riesgo

Las víctimas de violencia en relaciones de pareja provienen de diversas edades, razas, religiones, orientaciones sexuales, niveles educativos y estatus socioeconómicos. Identificar los factores de riesgo y las circunstancias que aumentan la vulnerabilidad es esencial para comprender el panorama completo. Muchas mujeres no denuncian la violencia debido al miedo, la vergüenza y la dependencia emocional. La violencia en las relaciones de pareja es un problema que puede afectar tanto a hombres como a mujeres, aunque en este análisis se centrará en el perfil de los hombres agresores y las características de las víctimas.


Perfil de los Agresores:

En las primeras etapas de una relación, es difícil identificar a un agresor, ya que suele predominar el enamoramiento y la formación de un apego emocional. Esto puede llevar a que las señales de agresión sean pasadas por alto o normalizadas por miedo a la soledad o al abandono.

Algunos de los comportamientos que pueden ayudar a identificar a un agresor incluyen:

  • Celos Desmedidos y Aislamiento

  • Agresividad

  • Manipulación

  • Falta de Empatía

Otras Señales: Otros signos de agresores pueden incluir actitudes posesivas e inseguras, abuso de sustancias como el alcohol o las drogas, culpar a la pareja de sus problemas, controlar la forma en que se visten o expresan, revisar sus comunicaciones y expresarse de manera humillante en público.


Perfil de las Víctimas:

Las víctimas de violencia en relaciones de pareja pueden ser de cualquier edad, raza, religión, orientación sexual, nivel educativo o estatus socioeconómico. Sin embargo, existen ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir violencia:


  • Edad: Las mujeres jóvenes tienen más probabilidades de experimentar violencia en las relaciones de pareja que las mujeres mayores. Sin embargo, en la práctica, mujeres de entre 30 y 45 años a menudo enfrentan el miedo a no encontrar a otra persona y siguen en relaciones violentas.

  • Embarazo: Las mujeres embarazadas pueden ser más vulnerables a la violencia de pareja, ya que el agresor puede ejercer control sobre las revisiones médicas y la economía de la pareja.

  • Historial de Abuso: Las mujeres que han experimentado abuso en el pasado tienen un mayor riesgo de sufrir violencia en las relaciones de pareja, ya que pueden normalizar estas conductas debido a su experiencia previa.

  • Consumo de Alcohol o Drogas

  • Es esencial comprender que ninguna de estas características justifica la violencia en las relaciones de pareja.

  • Bajo Nivel Educativo

  • Dependencia Económica

En conclusión, la violencia en las relaciones de pareja es un problema complejo y devastador que afecta a personas de todas las edades, géneros, razas y estratos sociales. Comprender las dinámicas de la violencia, como el círculo de la violencia y las fases que lo componen, es esencial para abordar este problema de manera efectiva. La violencia psicológica, en particular, puede tener un impacto duradero en la autoestima y la salud mental de las víctimas, lo que subraya la importancia de ofrecer apoyo y recursos adecuados. Además, es fundamental identificar los factores de riesgo tanto en los agresores como en las víctimas para poder intervenir de manera preventiva y proporcionar la ayuda necesaria. En última instancia, erradicar la violencia en las relaciones de pareja requiere de la conciencia y el compromiso de la sociedad en su conjunto, así como de un enfoque multidisciplinario que involucre a profesionales de la salud mental, el sistema legal y las organizaciones de apoyo para garantizar la seguridad y el bienestar de las personas que sufren esta forma de abuso.

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page