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La resiliencia: un arte humano para la vida diaria

Reflexiones a partir de la Mesa de Diálogo: Fomento de la resiliencia impartida por la Maestra Bárbara Reyes


La resiliencia es una palabra que escuchamos con frecuencia en nuestros días. Aparece en libros, podcasts, programas de televisión e incluso en los discursos de las empresas, donde se valora como una cualidad deseable y, en muchos casos, indispensable. Pero, ¿qué significa realmente ser resiliente? ¿Es solo una habilidad que debemos desarrollar para superar las adversidades de la vida, o es algo más profundo, más intrínseco a nuestra humanidad?


Estas preguntas fueron abordadas en la mesa de diálogo impartida por la Maestra Bárbara Reyes, quien, con una claridad pedagógica, nos invitó a reconstruir nuestra comprensión de la resiliencia, alejándola de definiciones rígidas y aplicándola de manera práctica y personal.


Una definición viva de la resiliencia

La Maestra Reyes comenzó desmitificando la idea de que la resiliencia es un concepto único y universal. En cambio, explicó que cada persona la define y la vive de manera diferente. Si bien es común asociarla con la capacidad de "reponerse" tras un trauma o evento adverso, la resiliencia también se extiende a las pequeñas incomodidades cotidianas. Desde un conflicto laboral hasta una discusión en pareja, estas situaciones también demandan nuestra capacidad de adaptarnos, aprender y avanzar.


Esta perspectiva es clave: la resiliencia no es una herramienta que solo se activa en circunstancias extremas. Es, más bien, una forma de navegar por la vida, un proceso continuo que nos ayuda a enfrentar tanto los grandes desafíos como los pequeños tropiezos. En palabras de la ponente, "ser resiliente no solo me toca si me asaltaron; también me toca si hoy mi jefe me habló mal o si me equivoqué en una presentación".


El arte de observar y aceptar

Uno de los momentos más reveladores de la conferencia fue cuando la Maestra Reyes explicó la importancia de la observación como primer paso hacia la resiliencia. Vivimos en un mundo que nos exige respuestas inmediatas, donde parece que siempre debemos estar haciendo algo. Sin embargo, esta constante acción puede desconectarnos de nuestra mente y nuestras emociones.


Reyes utilizó la metáfora del científico que, antes de intervenir, observa. Este acto de detenernos y mirar lo que está sucediendo, sin juicio ni prisa, es fundamental para entender nuestras circunstancias y encontrar soluciones auténticas. Pero observar no es suficiente; el siguiente paso es aceptar.


Aquí, la aceptación no se trata de resignarse o "agachar la cabeza", como explicó la maestra, sino de reconocer la realidad tal como es, sin tratar de cambiarla de inmediato. Aceptar significa estar en un punto de equilibrio donde podemos ver tanto el evento externo como nuestra respuesta interna. Esta aceptación nos permite liberar la energía acumulada por el estrés o la presión, regresando a un estado de equilibrio, al igual que un resorte que recupera su forma original.


Resiliencia: más allá de la dureza y la flexibilidad

La metáfora del resorte fue central en la conferencia, ya que ilustra cómo la resiliencia combina elementos de firmeza y flexibilidad. Un resorte no es completamente rígido ni completamente blando. Tiene una estructura que le permite absorber la presión, pero también regresar a su forma inicial. De manera similar, ser resilientes no implica ser duros como el metal, incapaces de doblarnos, ni ser blandos como la plastilina, que se deforma sin recuperarse.


La Maestra Reyes nos animó a reflexionar sobre nuestra propia esencia, ese "ser" que permanece constante a pesar de nuestras acciones, pensamientos y palabras. A menudo, confundimos nuestra identidad con lo que hacemos, decimos o pensamos, pero en realidad, la resiliencia nos invita a conectar con esa parte inmutable de nosotros mismos, desde donde podemos enfrentar las adversidades con equilibrio y claridad.


Resiliencia y trauma: una diferenciación necesaria

Otro punto crucial de la conferencia fue la distinción entre la resiliencia frente a traumas significativos y la resiliencia cotidiana. Mientras que el abordaje del trauma requiere un trabajo especializado y profundo, la resiliencia en el día a día se trata más de un proceso práctico de adaptación. Esta diferenciación es importante porque no todos los eventos difíciles de la vida son traumáticos, aunque a menudo utilizamos la palabra "trauma" de manera coloquial para referirnos a experiencias incómodas.


La Maestra Reyes subrayó que confundir estos conceptos puede llevarnos a expectativas poco realistas sobre lo que significa ser resilientes. No se trata de "aguantar" o de minimizar nuestras emociones, sino de aprender a procesar lo que ocurre, aceptarlo y adaptarnos de manera saludable.


Un proceso humano y cultural

Un aspecto fascinante de la conferencia fue el análisis lingüístico y cultural de la resiliencia. Según Reyes, en los países de habla inglesa, la resiliencia se entiende como un proceso satisfactorio de adaptación a dificultades, mientras que en los países hispanohablantes tendemos a asociarla con el sufrimiento. Esta diferencia refleja cómo nuestras palabras y nuestra cosmovisión influyen en la manera en que enfrentamos la vida.


La resiliencia, como nos recordó la maestra, no debería ser sinónimo de aguantar pasivamente el dolor. Más bien, es una invitación a participar activamente en nuestra realidad, encontrando formas de aprender y crecer tanto en los momentos difíciles como en los placenteros.


Conclusión: el resorte humano

La resiliencia, en última instancia, es el arte de ser un resorte. Es aceptar las presiones de la vida, absorberlas y luego liberarlas, regresando a un estado de equilibrio que nos permita seguir adelante. Como destacó la Maestra Reyes, este proceso no requiere un esfuerzo titánico ni una resistencia inquebrantable. Solo requiere de nuestra capacidad para observar, aceptar y adaptarnos, una y otra vez, en los diferentes escenarios que nos presenta la vida.


La próxima vez que enfrentemos una dificultad, ya sea grande o pequeña, recordemos que ser resilientes no significa ser perfectos ni invulnerables. Significa ser humanos, con todas las complejidades y maravillas que ello implica.


Esquema: Camino a la aceptación



 

La maestra Bárbara Reyes es psicoterapeuta breve estratégica y cuenta con una maestría en neuropsicología clínica por la Universidad Internacional de Valencia, España. Se ha especializado en neuropsicología infantil con énfasis en el trastorno del espectro autista.

 

Si quieres escuchar la mesa de diálogo completa, donde la maestra expuso además, herramientas para entender mejor la resiliencia, te dejamos el link: https://www.youtube.com/live/P-djvX60lUo

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