¿Quiénes son las personas cuidadoras?
El acto de cuidar a un ser querido es una muestra de amor y compromiso que puede ser profundamente gratificante. En México, como en muchos otros lugares del mundo, existe un grupo de héroes invisibles: las personas cuidadoras. Sin embargo, ser una persona cuidadora también puede ser emocional y físicamente agotador.
Las personas cuidadoras son individuos que asumen la responsabilidad de cuidar a personas que no pueden valerse por sí mismas debido a enfermedades crónicas, discapacidades físicas o mentales, o la fragilidad asociada con la vejez. Estas personas pueden ser cónyuges, hijos, amigos cercanos u otros familiares. A menudo, se olvidan de cuidar de sí mismas mientras se ocupan de los demás. La atención que brindan puede variar desde ayudar con tareas cotidianas hasta proporcionar atención médica más especializada. Algunas de las actividades pueden incluir:
Asistencia personal: Ayudar con el aseo, la alimentación, la movilidad y otras actividades diarias.
Gestión de medicamentos: Administrar medicamentos y llevar un registro de las citas médicas.
Apoyo emocional: Brindar apoyo emocional a la persona cuidada, lo que a veces incluye lidiar con el estrés y la ansiedad.
Tareas domésticas: Realizar las tareas del hogar, como cocinar, limpiar y hacer compras.
Coordinación de cuidados: Organizar y coordinar la atención médica y otros servicios necesarios.
Mediar: Defender los derechos y necesidades de la persona cuidada ante profesionales de la salud y servicios sociales.
Problemas derivados de la sobrecarga en sus labores
La dedicación constante de las personas cuidadoras puede tener consecuencias negativas para su propia salud física y mental. Algunos de los problemas derivados de la sobrecarga incluyen:
Estrés y agotamiento: La carga emocional y física constante puede llevar a altos niveles de estrés y agotamiento.
Aislamiento social: La atención constante puede resultar en aislamiento social ya que las personas cuidadoras pueden tener menos tiempo para actividades sociales.
Problemas de salud física: La falta de autocuidado puede llevar a problemas como falta de sueño, aumento de peso y problemas cardiovasculares.
Problemas de salud mental: La depresión y la ansiedad son comunes entre las personas cuidadoras debido a la presión constante.
Conflictos familiares: Las tensiones familiares pueden aumentar a medida que las personas cuidadoras asumen un papel central en el cuidado de un ser querido.
Derechos de las personas cuidadoras
La división sexual del trabajo y la injusta organización social del cuidado son cuestiones profundamente arraigadas en nuestra sociedad. Históricamente, se ha asignado el rol principal de cuidar a las mujeres, lo que ha llevado a una carga desproporcionada en términos de responsabilidades de cuidado no remunerado.
Esta distribución desigual del trabajo de cuidado contribuye a la desigualdad de género al limitar las oportunidades laborales y el desarrollo personal de las mujeres, mientras que perpetúa la idea de que el cuidado es una tarea exclusivamente femenina. Es crucial reconocer y abordar esta desigualdad para lograr una sociedad más justa y equitativa, donde tanto hombres como mujeres puedan compartir la carga del cuidado de manera más equitativa y donde se valore adecuadamente el trabajo de cuidado, ya sea remunerado o no.
En México, se reconoce la urgencia de que se establezca un Sistema Nacional de Cuidados el cual es un conjunto de políticas, programas y acciones articulados para garantizar los derechos de todas y todos aquellos que necesitan y brindan cuidados.
Existen iniciativas para crear la Ley General del Sistema Nacional de Cuidados y reformar los artículos constitucionales 4 y 73. (1)
Algunos de los derechos para las personas cuidadoras incluyen:
Derecho a la información: Las personas cuidadoras tienen derecho a estar informadas sobre la salud y el tratamiento de la persona cuidada.
Derecho a la asistencia: Tienen derecho a recibir apoyo y recursos para facilitar la atención de la persona dependiente.
Derecho al descanso: Deben tener acceso a períodos de descanso y respiro para evitar la sobrecarga.
Derecho al trabajo: Se les debe permitir mantener una vida laboral si lo desean, con medidas de apoyo adecuadas.
Derecho a la igualdad: Deben ser tratadas sin discriminación y con respeto a su dignidad.
Medidas de autocuidado
El autocuidado es esencial para el bienestar de las personas cuidadoras. Algunas medidas de autocuidado incluyen:
Establecer límites: Reconocer los límites personales y aprender a decir "no" cuando sea necesario para evitar la sobrecarga.
Buscar apoyo: Buscar grupos de apoyo locales o en línea donde puedan compartir experiencias y obtener consejos.
Descanso adecuado: Priorizar el sueño y tomar descansos regulares para recargar energías.
Cuidado de la salud: No descuidar las visitas médicas y mantener un estilo de vida saludable con una dieta equilibrada y ejercicio.
Respiro y tiempo para sí mismas (os): Programar tiempo para actividades personales que brinden relajación y distracción.
El ámbito familiar
Apoyar a las personas cuidadoras y evitar conflictos en el ámbito familiar es esencial para garantizar un ambiente saludable y sostenible para todos. Aquí proponemos un plan familiar que puede ayudar a lograr ese objetivo:
Comunicación abierta y honesta
El primer paso para evitar conflictos y brindar apoyo a las personas cuidadoras es establecer una comunicación abierta y honesta en la familia. Todos los miembros deben sentirse cómodos compartiendo sus pensamientos, preocupaciones y necesidades. Esto incluye a la persona cuidadora y a los familiares que no están directamente involucrados en el cuidado.
Identificar roles y responsabilidades
Es importante que la familia defina claramente los roles y responsabilidades de cada miembro. Esto incluye a la persona cuidadora y a los familiares que pueden ayudar de diferentes maneras. Establecer expectativas claras puede evitar malentendidos y resentimientos.
Programar reuniones familiares regulares
Programar reuniones familiares regulares puede ser una forma efectiva de mantener a todos informados sobre la situación de la persona cuidada y discutir cualquier problema o necesidad emergente. Estas reuniones pueden ser momentos para compartir información, hacer planes y ofrecer apoyo emocional a la persona cuidadora.
Apoyo emocional
Los familiares deben estar dispuestos a ofrecer apoyo emocional a la persona cuidadora. Escuchar sus preocupaciones, expresar gratitud y mostrar empatía son gestos importantes que pueden ayudar a reducir la carga emocional de la persona cuidadora.
Colaboración en el cuidado
Fomentar la colaboración en el cuidado. Esto puede incluir la rotación de tareas entre los familiares o la asignación de responsabilidades específicas según las habilidades y disponibilidad de cada uno.
Respetar los límites de la persona cuidadora
Es fundamental respetar los límites de la persona cuidadora. Esto implica no presionarla para que asuma más responsabilidades de las que puede manejar y garantizar que tenga tiempo para cuidar de sí misma.
Proporcionar ayuda práctica
Ofrecer ayuda práctica, como cocinar una comida, hacer las compras o brindar cuidado temporal, puede ser de gran ayuda para la persona cuidadora. Los familiares pueden coordinarse para brindar este tipo de apoyo de manera regular.
Conectar con recursos externos
Investigar y conectar con recursos externos, como grupos de apoyo, servicios de atención a domicilio o profesionales de la salud, puede aliviar la carga de la persona cuidadora y garantizar que la persona dependiente reciba la atención adecuada.
Planificación financiera
Si el cuidado implica costos adicionales, es importante que la familia planifique las cuestiones financieras de manera justa y equitativa, asegurando que la persona cuidadora no se vea sobrecargada económicamente.
Evaluar y ajustar el plan
Regularmente, la familia debe evaluar cómo está funcionando el plan y estar dispuesta a ajustarlo según sea necesario. Las necesidades de la persona cuidada y de la persona cuidadora pueden cambiar con el tiempo, por lo que es importante adaptarse a estas circunstancias cambiantes.
En última instancia, el apoyo a las personas cuidadoras y la prevención de conflictos en la familia requieren empatía, comunicación y colaboración. Al trabajar juntos y reconocer las necesidades de todos los involucrados, se puede crear un ambiente en el que la persona cuidada reciba la mejor atención posible y la persona cuidadora no se sienta abrumada ni marginada.
En resumen, las personas cuidadoras desempeñan un papel crucial en la sociedad al brindar cuidados a sus seres queridos, pero también deben cuidar de sí mismas para evitar la sobrecarga y mantener su propio bienestar. Es fundamental que se reconozcan y respeten sus derechos, y que se fomente el autocuidado como parte integral de su labor. El apoyo de la comunidad y las autoridades puede marcar la diferencia en la vida de estas personas que dedican tanto de sí mismas para cuidar a otros.
Preguntas para reflexionar:
¿Cuál es el impacto económico y social de las labores de cuidado no remunerado en los hogares, y cómo pueden las personas contribuir a reconocer y valorar estas actividades?
¿Qué barreras culturales o de género pueden influir en la distribución desigual de las labores de cuidado en los hogares, y cómo se pueden abordar estas desigualdades?
¿Cuál es la relación entre las labores de cuidado no remunerado y la participación de las personas en la fuerza laboral remunerada, especialmente en el caso de las mujeres?
¿Cómo pueden las políticas gubernamentales y las empresas promover un equilibrio entre las labores de cuidado no remunerado y las responsabilidades laborales, fomentando una mayor participación y apoyo de las personas en el ámbito del cuidado?
¿Cuál es el papel de las organizaciones de la sociedad civil y las comunidades en la concienciación y el apoyo a las personas que realizan labores de cuidado en los hogares, y cómo pueden las personas contribuir a estas iniciativas?
(1) «Dictámenes a discusión de la Comisión de Puntos Constitucionales, con proyecto de decreto por el que se reforma y adicionan los artículos 4 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de sistema nacional de cuidados». En Gaceta Parlamentaria, año XXIV, número 5654-V. Disponible en: http://gaceta.diputados.gob.mx/PDF/64/2020/nov/20201118-V.pdf
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