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Abril: Un mes para honrar los derechos y la dignidad de las niñas y los niños

Cada abril, conmemoramos en muchos países el Día de la Niña y el Niño, una fecha que suele estar llena de juegos, regalos y celebraciones. Sin embargo, más allá de los festejos, esta es una oportunidad invaluable para reflexionar sobre el lugar que ocupan las infancias en nuestras sociedades, sobre los derechos que les asisten y sobre la responsabilidad que tenemos como adultos para garantizar que crezcan en ambientes que promuevan su bienestar integral, su libertad, su igualdad y una vida libre de violencias.


Tener presentes los derechos de las niñas y los niños no es un ejercicio simbólico, es un compromiso ético y social. Cada niño y cada niña tiene derecho a ser escuchado, a vivir en un entorno seguro, a recibir educación, a jugar, a desarrollarse física, emocional e intelectualmente, y a tener una vida libre de cualquier forma de maltrato. Estos derechos no deben depender de la voluntad de los adultos, de las condiciones económicas de sus familias ni de las circunstancias sociales que les rodean. Son derechos universales que deben ser garantizados en todo momento.


Para lograr que estos derechos se vivan cotidianamente en los hogares, es indispensable promover la crianza positiva. Esta forma de acompañar el crecimiento de las niñas y los niños se basa en el respeto mutuo, la empatía, la comunicación afectiva y la disciplina sin violencia. A diferencia de los modelos autoritarios o permisivos, la crianza positiva reconoce que la infancia es una etapa única y fundamental en la vida, y que requiere de adultos presentes, comprensivos y capaces de poner límites desde el amor, nunca desde el miedo.


Adoptar una crianza positiva implica también cuestionar prácticas que durante generaciones se han normalizado, como los castigos físicos, los gritos, las amenazas o el abandono emocional. Estas formas de violencia no educan, sólo generan inseguridad, miedo y una visión distorsionada del afecto y la autoridad. En cambio, cuando una niña o un niño es criado con respeto, diálogo y afecto, se fortalece su autoestima, su capacidad de tomar decisiones, su empatía hacia los demás y su confianza en sí mismo.


El pleno desarrollo de las infancias requiere de hogares, escuelas y comunidades que se comprometan con una cultura de paz, donde cada niña y cada niño se sienta valorado, escuchado y protegido. No basta con celebrar un día al año su existencia; debemos construir todos los días un entorno que les permita crecer en igualdad, en libertad y con oportunidades reales para ser felices y desarrollarse plenamente.

En este mes de abril, recordemos que cada acción que tomamos como adultos tiene un impacto profundo en la vida de las niñas y los niños. Que cada palabra, cada gesto, cada decisión cuenta. Celebremos su existencia, sí, pero sobre todo, honremos sus derechos y trabajemos con responsabilidad y amor por construir un mundo más justo, más tierno y más humano para ellas y ellos.


Aquí puedes encontrar más información y diversos materiales sobre crianza positiva y derechos: https://sites.google.com/view/repositoriocrianzapositiva/inicio


Te compartimos un cartel para imprimir sobre crianza positiva





 
 
 

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